CUENTO DE HALLOWEEN
LAS BRUJAS TAMBIÉN SE ASUSTAN
Hace mucho tiempo, en una casita en el bosque, vivían dos hermanos, Marta y Jorge. No muy lejos de allí, en las ruinas de un viejo castillo, una vieja y fea bruja, se dedicaba a asustar a todos los niños que por allí vivían.
Los niños no querían salir de sus casas, porque fueran donde fueran por el bosque, se encontraban con las bromas y trucos de la vieja bruja. A veces colgaba cosas de los árboles para darles miedo, a veces les perseguía, y todos los días inventaba nuevas travesuras.
Un día, todos muy enfadados, decidieron que ya estaban hartos de la bruja pesada.
- ¿Cómo podríamos nosotros asustarla a ella? – dijo Marta.
Jorge y sus amigos pensaron durante mucho rato, pero no se les ocurría nada.
De repente, Marta se acordó de la historia que le contaba su madre sobre las brujas.
- Mamá decía que a todas las brujas les asusta muchísimo el fuego – recordó Marta – ¡Ya está! ¡Ya sé lo que vamos a hacer! Esta noche es la noche de las brujas. Podemos hacer una gran hoguera en medio del pueblo, así la vieja bruja no se acercará.
- Pero ¿y cómo haremos para que no venga a nuestras casas? – dijo Jorge.
- ¡Muy fácil! – respondió Marta – Pondremos velas en las ventanas, así pensará que también en ellas hay fuego, y tendrá tanto miedo que se irá a su castillo otra vez.
Y así fue. La malvada bruja no se acercó por el pueblo nunca más. Cada noche siguieron poniendo en sus ventanas velas. Y algunos años después, a alguien se le ocurrió la idea de meter la vela dentro de una calabaza con carita terrorífica (para dar más miedo a la bruja). Desde entonces, cada año, los niños y sus padres hacen juntos las linternas de calabaza, para que la bruja traviesa no vuelva nunca jamás.
Canción: “Can you make a happy face?”
Canción: “Knock, knock, trick or treat”
¡Feliz Halloween!